El proyecto aúna la voluntad de ofrecer espacios de calidad y una habitabilidad digna a personas pertenecientes a colectivos socialmente vulnerables con un enfoque realista en su materialización debido al restringido presupuesto. Se diseñan espacios que favorezcan las relaciones entre vecinos y de éstos con el potente paisaje de la vega de Antequera. Todo ello sin olvidar los objetivos de utilidad, durabilidad y sostenibilidad económica y medioambiental que permitan a la arquitectura contribuir a la mejora de las condiciones de vida de los que más lo necesitan.

Se han propuesto espacios flexibles que admitan su adaptación a la variada idiosincrasia de los usuarios con materiales y detalles son robustos y duraderos. Se dispone un bloque lineal con galería en forma de L en la esquina SO lindando con los depósitos de aceite y un edificio con tipología de bloque en H alineado a la Avenida de la Estación.

Esta implantación, mezcla entre manzana cerrada y edificación exenta, ofrece una respuesta de calidad urbana además de negociar con los distintos condicionantes del entorno, especialmente las infraestructuras industriales de la parcela adyacente. Por otro lado, presenta unas posibilidades de soleamiento, aireación, racionalización de la construcción y adaptación a topografías de relieve pronunciado, que permiten un mejor aprovechamiento sostenible de los recursos espaciales, paisajísticos y naturales del lugar. En este sentido el proyecto busca la mejor orientación posible para las dependencias principales de las viviendas.

El acceso principal al conjunto de viviendas se realiza por la parte alta del solar desde la Avenida de la Estación a través del espacio que queda libre entre los dos bloques. Al bloque en H que ocupa gran parte de la fachada se accede por la derecha desde la plaza elevada de entrada. Al bloque en L por el fondo de este espacio de relación. El garaje al estar abierto a este espacio y a la fachada mediante un hueco horizontal posee iluminación y ventilación natural con lo que se consigue mayor calidad de este espacio, ahorro energético y ahorro material al no ser necesarias instalaciones de ventilación.

Una piel de malla de acero galvanizado dispuesta en tramos verticales dialoga con la imponente presencia industrial de los depósitos de aceite frente al lindero oeste. La visión de estos enormes depósitos queda matizada en el interior de las galerías que circulan por esta fachada gracias al entramado metálico que se va abriendo rítmicamente al paisaje. Se evita así cierta sensación de encierro que este cerramiento pudiera causar.