El proyecto optimiza los recursos materiales y espaciales para ofrecer a los usuarios una vivienda de calidad al mínimo coste posible, buscando además la integración en el contexto urbano y el aprovechamiento de las oportunidades del lugar. Presenta una ordenación de los volúmenes de manera más compacta hacia el centro urbano, mientras que en la dirección opuesta, se abren presentando frentes como proas de barco. El solar era antes una industria construcción naval. Mediante esta disposición en «abanico» de tres bloques en L, realizados en tres fases respondiendo a la geometría del solar, se integra el paisaje natural de la periferia urbana en todas las viviendas del proyecto.

Con un total de 287 viviendas, estas se proyectan buscando las mejores orientaciones, soleamiento y vistas. Se aprovecha mejor la forma del solar y sus salidas visuales al paisaje, no existiendo viviendas a interior de manzana. Gracias a los patios de los bloques, tampoco hay viviendas con una sola fachada permitiendo que todas tengan ventilación cruzada. En las orientaciones de las viviendas predominan la sur y este-oeste, siendo mínimas las fachadas al norte. Se dota a cada vivienda de un alero industrializado corrido que recoge todos sus huecos de fachada y terrazas, siendo diseñado específicamente según la orientación.

En las fachadas este y oeste los aleros conforman un marco abierto en la dirección del paisaje, mientras que, en la sur, se convierten en grandes aleros que evitan la fuerte radiación. Estos elementos se conforman con grandes piezas prefabricadas de hormigón, consiguiéndose la sistematización y eficiencia en formación de dinteles, la discontinuidad más laboriosa y con más responsabilidad plástica de un plano de fachada.