Se diseña la terminal de cruceros de manera modular industrializada para que pueda ampliarse, modificarse o desaparecer adaptándose a la evolución futura de las necesidades. Su arquitectura está, además, adaptada a un lugar, un clima, un programa y una cultura.

Kalundborg ha conseguido combinar conceptos a menudo contrapuestos. Conservar su casco histórico, con un rico patrimonio arquitectónico tradicional, junto a una industria avanzada que también es parte de su identidad. Esta se caracteriza, además, por hacer compatible su elevada intensidad con el respeto al medio ambiente. La economía circular es la clave. En la red de producción de Kalundborg, lo que para algunas industrias es residuo, para otras es materia prima. Es la llamada Kalundborg Symbiosis. Por tanto, una indudable seña de identidad de Kalundborg es esta simbiosis entre lo patrimonial, lo industrial y el medio ambiente que la convierten en ejemplo en todo el mundo de sostenibilidad social, económica y medioambiental.

La construcción con contenedores marítimos reciclados es un buen ejemplo de continuidad con la tradición de la simbiosis. Los contenedores ya usados, como los que se encuentran en el muelle justo al lado, y que serían residuos de éste, se convierten en materia prima para la construcción de la nueva terminal. Además de esta manera la construcción ocupará el muelle durante el menor tiempo posible. Un edificio que será también sostenible por el uso eficiente de la energía gracias a su diseño bioclimático adaptado al clima local.

Las condiciones climáticas de Kalundborg, aconsejan una cubierta adecuada para la lluvia y la nieve. La tradicional cubierta inclinada escandinava podría ser una solución sencilla y segura. El skyline de las ciudades históricas danesas como el casco antiguo de Kalundborg, está marcado por estas cubiertas inclinadas. El elemento que más destaca en la mayoría de los edificios tradicionales vikingos, es su cubierta inclinada. Por ello la terminal de cruceros propuesta es esencialmente una cubierta inclinada. De esta forma podemos también resolver elegantemente el reto de cubrir un espacio tan amplio. Por otro lado, en la aproximación del crucerista al puerto, la parte más visible de la terminal de cruceros, la fachada principal es su cubierta.

Finalmente, el edificio debería ser, por encima de todo, un símbolo del pacífico entrelazamiento entre culturas, ahora más necesario que nunca.

Debe ser un espacio permeable a las personas desde el exterior permitiendo diferentes posibilidades de flujos de entrada y salidas. El edificio tiene accesos desde las distintas fachadas, configurando un espacio de circulación reconfigurable y flexible, abierto a diferentes flujos de personas.

El edificio queda bien integrado en el contexto industrial de este lado de la bahía. Pero su tratamiento y el del entorno como espacio pensado para las personas, contribuye a la humanización de esta zona. Un espacio que permite también el uso por parte de la ciudad para el disfrute de esta perspectiva de la bahía. Un espacio excepcional para realizar eventos sociales y culturales de todo tipo que contribuye a mejorar la relación de la ciudad con su puerto.